Lo escribí en agosto de este año pero me gustó y lo pongo aquí. Un saludo.
Los ecos de la noche aún me persiguen. Oigo ladridos lejanos como un golpe en la oscuridad. No encuentro explicación a lo que me atrae de la luna. Hoy no hay efluvios alcohólicos, ni falsa tristeza, sólo un despertar de luna llena. Un color amarillo fugaz y una realidad dura y lejana.
lunes, 22 de noviembre de 2010
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