domingo, 7 de noviembre de 2010

Ese sentimiento cercano al odio

Con la llegada de Ratzinger el magnífico me he puesto a pensar que es lo que me saca de mis casillas, y son pequeñas cosas de gran importancia (para mí por lo menos, claro está): un imbécil que quiere poner sus creencias por encima de todas las verdades, un familiar que al final de cuentas te enseña que es una basura, todas las grandes injusticias del mundo, yo que llevo reciclando toda la vida contra la gente que se mete el planeta, una parte por el orto y otra en sus respectivos bolsillos, a los que no agradecen lo mucho que tienen (yo doy gracias siempre), los amigos de mentira, la gente que hace daño por hacerlo, la ignorancia en todas sus vertientes (que son infinitas como las sendas del señor), la gente trepa, la peña que no tiene vida y por eso fantasea con las vidas de los demás, que don dinero sea lo primordial en este mundo, los falsos padres, los fundamentalistas (de todos los tipos, me da igual a que corriente pertenezcan), la gente que no ayuda a alguien pidiendo auxilio, todos los anti (amor-odio, no tiene que ser así de radical, la mesura es el mejor indicador de felicidad, la hipocresía.
Por hoy ya basta, aunque casi están reflejadas todas. Me quedó alguna en el tintero, pero se secó la tinta.

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