domingo, 15 de octubre de 2017

Lo esencial.

Nunca fue creyente y cada año que vivía y cada cosa horrible que miraba le hacía reflexionar en que no había nada arriba de su cabeza llamado dios.
Era un día raro, en pleno otoño pero con cerca de treinta grados fuera y sin previsión alguna de lluvia. El cielo era anaranjado y su ánimo era azul límpido.
Es feliz, y lo más importante es que hacía mucho que no lo era.
Por primera vez en su vida necesita poco para serlo y eso le hace sentirse muy orgulloso.
Queda un cuarto de día y lo esencial es que el alma no le pesa y la cabeza está perfectamente amueblada, lo de los despistes es secundario en estos momentos, seguramente algún día hallará la solución para ello.



Para Mary, gracias por ayudarme tanto.