Cuando un incidente con una tortilla se convierte en algo mágico, inmortal y especial, es que la persona que tienes al lado es simplemente única, maravillosa y única. Reír, reír y volver a reír. Mirarla a los ojos y saber que está respirando felicidad y que en gran parte es gracias a ti, no tiene nombre, solo la sigues mirando y le vuelves a sonreír. Magnífico.
Probar un elenco de cosas nuevas con ella es lo más orgásmico que pueda existir en este mundo, que con cualquier mirada sepas que ella está bien, que está muy feliz. O darle un abrazo sin que me lo pida y saber que lo necesita como agua de Mayo.
La palabra especial se queda muy corta de miras cuando estoy con ella, cuando le cojo de la mano por la calle y caminamos hacia cualquier lugar, muy despacio para disfrutar más aún de ella.
Para Lupe: no hay restaurantes malos a tu lado.
lunes, 4 de abril de 2011
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1 comentario:
Wow, me encanta! No hay restaurantes malos tampoco a tu lado. Hay restaurantes divertidos; eso si, a los que no debemos volver, jaja! Te quiero, mi preciosa alma gemela!
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