domingo, 27 de marzo de 2011

Otros planes

Miramos el reloj, son más de las seis, el móvil cambió solo la hora, es lo que tiene la tecnología. Es maravillosa a veces, y otras veces, es un poco peor.
Los días en la cama contigo son lo mejor que hay y que puede concebirse en cualquier momento, a cualquier hora. Nos acostamos muy tarde y la noche era fría y oscura, ya estamos en pie y el día nos recibe con los brazos abiertos, ya llegó la primavera a tu sonrisa y gracias a ella el sol brilla en toso su esplendor, hay unas pocas nubes en el cielo, pero son como algodón de caramelo en una feria ambulante de felicidad.
Me encanta quedarme despierto un poco después de que te hayas dormido y escuchar tu respiración, cuidar de tus sueños, y volverme a dormir a tu vera, sentir que todo está bien por el simple hecho de que estás descansando plácida y profundamente. Me encanta esa paz, esa sensación de sosiego y tranquilidad, de pureza, de belleza.
Aparto tu pelo y lo pongo muy cerca de mi cara para aspirar tu olor. Y sigo durmiendo, nuestros días interminables en la cama. Descansando, soñando a tu lado. Sentir que todo es correcto y sublime.

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