Las balas de la desesperación ya no besan mi carne hecha jirones
ahora sólo, encontré una civilización antigua de una diosa dorada
me acordé de mirarte y el mundo volvió hacia atrás
a unos pasos de jazz y un whisky corriendo por tus labios
Ya nada volverá a ser lo mismo, francamente no me importa
es mi odisea privada haberte encontrado tan a tiempo
antes de consumirme como incienso en un narguile
y horas que corren presurosas por las agujas de cualquier reloj
Miro mi cara a través de tus ojos grandes y almendrados
no recuerdo como era yo antes de conocerte, quizás un loco
quizás una mota de polvo en cualquier novela inacabada
una utopía, un sueño, una simple figura en la lejanía
Ahora voy al encuentro de cualquier café
y me siento a escribir pensando en tu figura, buscándola en mi mente
para que me ayude a escribir el poema definitivo
la biblia que ensalce tu belleza hasta una nueva humanidad
Para Lupe
Gracias a: Lupe Martínez Lorenzo y a Stan Getz. La primera por existir y encontrarme, el segundo: escuchadlo, os cambiará la vida, como a mí ella.
miércoles, 16 de marzo de 2011
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