Hay pocas ciudades tan pintorescas como Madrid. Una calle como la Gran Vía madrileña no se ven todos los días. Yo tengo el privilegio de que ese tópico se cumpla. La veo e interactuo con ella todos los días. Hay días que estoy fuera (en Galicia) y me acuerdo de algo que me haya pasado ahí, o de unos ojos bonitos que haya visto ahí.
El otro día fuí hasta el templo de Debod (templo egipcio) y entré. nunca había entrado, pero me agradó sobremanera. En el segundo piso había una especie de guía hablando sobre la piedra Rosetta, y como se pudieron entender los jeroglíficos gracias a ella. Hoy en día está en el Museo Británico, yo la ví, una piedra negruzca hermosa.
Sol, es el centro del universo madrileño, todo el mundo confluye allí. El "alcalde de Madrid", Carlos III vigila, contempla y cuida la plaza y a sus paseantes de todos los credos, color o ilusión. Una pasada caminable y llana, apra hacer de todo o simplemente no hacer nada.
Vivo en Malasaña, no hay barrio igual, hay de todo a 5 minutos andando, y cuando el sol se esconde y Selene llega puntual a su cita, la noche es sorprendente.
Es una ciudad donde sentirse como uno se quiera. Y no ser de ningún lugar en especial: Aunque confundan tu acento gallego con uno vasco.
domingo, 24 de octubre de 2010
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