Una vez más nuestros amigos, la Academia Sueca, entregó el Nobel (y con ello un millón de dólares), a alguien fuera de las quinielas: el peruano Vargas Llosa.
Yo tenía dos candidatos: Cormac McCarthy (No es paía para viejos y La Carretera, entre otros) y mi gran favorito (elección enteramente mía), Haruki Murakami: ese mago japonés donde la realidad y la ficción se mezclan como en ningún autor, además de hacer suya la realidad contemporánea. No pudo ser. Pero algún día caerá.
Vargas Llosa llevaba unos 20 años entrando y saliendo de las quinielas del Nobel. Unas quinielas cada vez más esquivas.
Me gusta su faceta humanista y que siempre critica a los poderosos. Se presentó a la presidencia de su país. Aunque ganó un fascista de esos que tanto imperan en Sudamérica.
España es su segunda patria (como el asegura), eso es otra cosa que me gusta de él.
Y otra cosa muy importante: Hacía 20 años que no ganaba el Nobel un escritor en lengua castellana (o español, como dice el festejado), cuando el mexicano Octavio Paz se alzó con el premio.
Bueno, aunque no ganase ninguno de "los míos", que ¡Viva la Palabra Escrita!
P.D: Escritor a tener muy en cuenta: Jorge Volpi (México)
jueves, 7 de octubre de 2010
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