¿Porqué nos gustan más las cosas cuando más usadas están? Unos tenis que no quieres que desaparezcan, unos pantalones de la suerte, un libro viejo hasta el punto de que se le caen las hojas poco a poco.
Es por que las hacemos nuestras, son partes de nosotros, como esos ojos que tan orgulloso estás de que sean tuyos, u otra cosa de la que estás menos (se dice el pecado, no el pecador).
Por eso no quieres desprenderte de ellos.
Es lo mismo que las personas, son parte elemental e integrante de tu ser. Por eso, tienes que rodearte de gente buena, amable, cariñosa, inteligente, crítica, imperfecta. Ese es el camino para llegar a la ciudad esmeralda de la paz.
Además son todo ventajas, si te rodeas de algo bueno, serás mejor (más bueno, en este caso).
Esto viene a colación porque estoy leyendo un libro sobre la Revolución Mexicana, y me está sorprendiendo muy gratamente. Cada quien tiene que hacer su revolución. Y así, siempre se podrá hacer una revolución mayor.
miércoles, 20 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario