-La culpa, la maldira culpa-gritaba en forma de jauría, un hombre al amanecer.
Había dejado escapar a lo más preciado, su propia vida. Su vida. ¿Adónde había ido a parar?
El gallo del amanecer respiraba tranquilo, todavía era de noche mientras él cavilaba.
El viejo Jack´s había llegado de nuevo a la ciudad. Eso le inducía a beber. Lo de siempre, por favor. Jack Daniel´s con cola. La maldita culpa ya no existía.
Podría haber una redención a la vuelta de la esquina. Una mañana mejor.
martes, 18 de mayo de 2010
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