Cuándo conoces a una persona (hombre o mujer) y conoces hasta cómo respira. Y ves moverse sus pensamientos. Es que ya no es una simple relación.
Cuándo te lleva a límites insospechables de aguante y aún así sigues con esa persona. Es más que una simple relación.
Sabes que le importas tanto que cree que habla contigo cuándo está a miles de kilómetors, que piensa en como te estarás riendo en ese preciso momento. Esas cosas son de un nivel muy elevado. Pero son verdades y pasan como el cometa Halley, pero existen y son tan tangibles como el sabor de una tableta de chocolate.
Es decir, ya superó el nivel de simple relación.
Os estoy diciendo esto, más en el terreno de las amistades. Pero por ahora también sirve para eso que se llama amor.
Así que os digo que cuándo pase a ese nivel, pensad si es productivo ese desgaste físico y espiritual.
SI lo es bien por vosotros. Si no lo es, deshaceros de ello como si fuera piel que renace.
Así de simple, así de crudo, así de real.
domingo, 16 de mayo de 2010
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