Lo había llamado casi durante un año y aunque vivían en la misma ciudad, no se vieron en todo ese tiempo. Sobre todo, gracias a él. Aunque viéndolo como espectador disfrutando de la película. También era culpa de ella. Ni sabían coómo habían llegado a esa situación. De verse siempre, de dormir juntos. A vvir totalmente separados.
Una vez la vió en la ocura noche, pero pasó de largo de ella. Simplemente no la quería ver: alejarla de su lado. Olvidarla para siempre. Y así fué.
Cuando se vieron las caras mucho tiempo después, ella le preguntó:
-¿Porqué nunca me buscabas?
Y el contestó, con una gran sonrisa en su boca. Una sonrisa que ella nunca había visto reflejarse en él, le dijo:
-Me hacía mucho mal verte. Así que te olvidé. Y no pensé en tí. Utilicé algo que llamé inteligencia emocional y simplemente desparaeciste de mis recuerdos, de mi memoria, y lo más importante, de mis sueños. Además de todo eso, ya no aportabas nada bueno a mi vida. Eso fué lo que movió la balanza a mi favor.
Lo siguiente que vió ella, fué a él, alejarse de ahí.
Nunca nada volvió a ser lo mismo
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