Debería existir un saco que cada persona llevase consigo, mejor dicho, un pequeño saco. Para ver las buenas acciones y las malas, cuando existiesen más buenas acciones que malas el saco estuviese lleno, y cuando fuese al revés. Pues eso, vacío.
Ya se que en este mundo no existe el karma, no existe casi el bien, y si existe casi en su totalidad todo lo relacionado con la palabra mal.
Yo no soy una persona ejemplar en casi ningún aspecto de la vida pero soy una persona buena. ¿Porqué? Porque mi saco está siempre (¡siempre!) más lleno que vacío.
Esto no es una queja y menos una súplica (nunca se puede suplicar a gentes necias y obtusas), pero a ver cuando este mundo de mierda cambia, en serio, a ver cuándo.
Hay que arrimar el hombro, mejorar cada día, ayudar al que está a tu lado, no cerrarse a nada, abrirse a otras realidades, ser feliz.
Porque ser feliz es muy difícil. Yo llevo casi 30 años intentándolo y son muy pocas cosas las que me producen esa libertad total, esa conjunción con todo, sobre todo con mi persona, por ejemplo: hablar con mi madre, ver la sonrisa de felicidad de mi hermano, ayudar a alguien...
Y la verdad he recibido muy poco a cambio por todo lo que he hecho a lo largo de casi tres décadas y ojalá vuelva algo bueno de eso a mí, porque mi paciencia no es infinita y mi aguante ya no es inaguantable
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