Poco antes del amanecer siempre me levanto de sopetón. Súbitamente miro hacia tu ventana a ver si enciendes la luz como todos los días. A las 7.35, me gusta esa hora desde que sé que vives y respiras dentro de esa casa. Sólo te he visto contadas veces, tan pocas como granos de arena despilfarrándose por mis dedos. Pero aún así, estoy loco por ti. Si, lo sé, es una locura insana. Y tu sola presencia me hace de despertador. Pero qué quieres que haga. Eres la mujer de los vestidos felices y el carmín más rojo y hermoso que he visto pegarse a unos labios.
Ya es la hora de comer y sólo pienso en irme a dormir para soñar como es debido contigo. Unos sueños a la carta. Dónde además de la luz que sale por tu ventana, también te veo a ti.
jueves, 24 de junio de 2010
martes, 22 de junio de 2010
Grandes papeles en la Historia del cine
1- Marlon Brando, en el Padrino. Colosal e hipnótico, algo que nunca podrás rechazar.
2- Robert Michum, en La Noche del cazador, perturbadora y bella. La eterna lucha entre el bien y el mal.
3- Al Pacino, en el Padrino II, cómo seguir una buena tradición familiar y no confiar ni siquiera en stu hermano.
4- Katherine Hepburn, en La fierna de mi niña. pícara y soñadora, locuaz y coqueta, hermosa y loca. La verdadera gran diva del cine.
5. Jack Nicholson, en Alguien voló sobre el nido del cuco. Grandioso y miserable, divertido y fuerte. Marionetista de las emociones humanas.
2- Robert Michum, en La Noche del cazador, perturbadora y bella. La eterna lucha entre el bien y el mal.
3- Al Pacino, en el Padrino II, cómo seguir una buena tradición familiar y no confiar ni siquiera en stu hermano.
4- Katherine Hepburn, en La fierna de mi niña. pícara y soñadora, locuaz y coqueta, hermosa y loca. La verdadera gran diva del cine.
5. Jack Nicholson, en Alguien voló sobre el nido del cuco. Grandioso y miserable, divertido y fuerte. Marionetista de las emociones humanas.
domingo, 20 de junio de 2010
El pensador dormido
En estos tiempos tan jodidos y cada vez más crueles se hecha en falta más voces críticas con las injusticias en el mundo. Desde los presos colombianos de las FARC hasta los empresarios coaccionados en el País Vasco. Desde la situación de las mujeres en Afganistán hasta la censura dura e infrahumana que se da en la mal llamada República Popular China, dónde existe de todo menos algo popular. Y en el gobierno, menos. Unos cuantos cientos mueven con sus despiadados hilos a varios centenares largos de millones de almas.
Por eso se echa de menos esas voces que deben agitar nuestras conciencias. Los intelectuales, gente que por su conocimiento del mundo en el que vivimos deben dar su opninión para mejorar esto. Pero ultimamente están escondidos tras sus mesas de marfil o tras sus cenas de etiqueta. Hay que despertar a tiempo. O si no, no habrá mañana por el que luchar.
También las personas de acción deben de moverse hoy y solo hoy.
No puede quedar impune lo de Gaza o la violencia en México pasando por todas las guerras de África.
Luchemos hoy para disfrutar de un mañana.
Por eso se echa de menos esas voces que deben agitar nuestras conciencias. Los intelectuales, gente que por su conocimiento del mundo en el que vivimos deben dar su opninión para mejorar esto. Pero ultimamente están escondidos tras sus mesas de marfil o tras sus cenas de etiqueta. Hay que despertar a tiempo. O si no, no habrá mañana por el que luchar.
También las personas de acción deben de moverse hoy y solo hoy.
No puede quedar impune lo de Gaza o la violencia en México pasando por todas las guerras de África.
Luchemos hoy para disfrutar de un mañana.
Resplandeciente
Estoy resplandeciente con mi nueva sonrisa.
Mi traje blanco impoluto y único.
Me siento con la energía del sol y con la belleza austera de la luna.
Te aullaría hasta el amanecer.
Y fumaría peyote con los chamanes en Puebla y opio en algún convento budista en el Tibet.
Quiero perderme y desaparecer de la memoria de la gente, ser simplemente rayos de luz que salen al amanecer.
Irme lejos, y no hablar con nadie, sólo unas horas conmigo.
Y accionar mi gramola interna para acordarme de una canción, y así acordarme de alguien en especial.
O, simplemente resplandecer como plumas de pavo real en un desierto.
Mi traje blanco impoluto y único.
Me siento con la energía del sol y con la belleza austera de la luna.
Te aullaría hasta el amanecer.
Y fumaría peyote con los chamanes en Puebla y opio en algún convento budista en el Tibet.
Quiero perderme y desaparecer de la memoria de la gente, ser simplemente rayos de luz que salen al amanecer.
Irme lejos, y no hablar con nadie, sólo unas horas conmigo.
Y accionar mi gramola interna para acordarme de una canción, y así acordarme de alguien en especial.
O, simplemente resplandecer como plumas de pavo real en un desierto.
martes, 8 de junio de 2010
Top 10 películas. Mayo
1- Driver. 1978
2- Días de radio. 1987
3- La fiera de mi niña. 1938
4- Los intocables de Eliott Ness. 1987
5- Sexo, mentiras y cintas de video. 1989
6- La tentación vive arriba. 1955
7- Brokeback Mountain. 2005
8- Porco Rosso. 1992
9- La cruz de hierro. 1977
10- Centauros del desierto. 1956
2- Días de radio. 1987
3- La fiera de mi niña. 1938
4- Los intocables de Eliott Ness. 1987
5- Sexo, mentiras y cintas de video. 1989
6- La tentación vive arriba. 1955
7- Brokeback Mountain. 2005
8- Porco Rosso. 1992
9- La cruz de hierro. 1977
10- Centauros del desierto. 1956
lunes, 7 de junio de 2010
Siempre esperándote...
Me sentaba a esperarte en cualquier parque. Luego cambiaba a un banco cualquiera. Ahora, a veces, te espero después de la noche. Cuando clarea se me olvida quien eras.
Ya no te espero.
Te salgo a buscar a cualquier plaza. Eso si, siempre de noche.
Y ahora hasta cambié lo que busco.
Porque ya no estás en ningún sitio.
Y a veces te encontraría en cualquiera.
Encendería unas velas y te aullaría tres días seguidos.
Y luego te tocaría cualquier cosa. Y fumaríamos algo de opio.
Y así pasaría la noche.
Ya no te espero.
Te salgo a buscar a cualquier plaza. Eso si, siempre de noche.
Y ahora hasta cambié lo que busco.
Porque ya no estás en ningún sitio.
Y a veces te encontraría en cualquiera.
Encendería unas velas y te aullaría tres días seguidos.
Y luego te tocaría cualquier cosa. Y fumaríamos algo de opio.
Y así pasaría la noche.
domingo, 6 de junio de 2010
Día casual, Noche animal
Madrid, sábado día de la revolución.
La tarde pasa placentera y bastante calurosa para principios de Junio. Los elementos, los de siempre. El lugar, El Retiro, ir a ver libros y personas famosas y escritores firmando a gente común. Hace calor, compro un Sprite y un bocadillo muy frío de jamón con tomate. Qué combinación de sabores.
Me llaman dos cosas la atención. Encuentro un ejemplar igual que el mío, de Kafka en la orilla. El mismo precio impreso: 24 euros. Hará unos cinco años que lo compré. El precio no ha cambiado un ápice, eso sí, ya lo he leído dos veces. Ahora mismo está en el casa de nuestra camarera favorita del Villa de Arbo. Expandir la mente y regalar conocimiento. Hay pocas maneras mejores de compartir.
La mala es que vemos a Esperanza Aguirre, huele a azufre. Algo habrá segurmanente en el aire.
Me acuerdo de una canción de Seu Jorge mientras miro y observo a mucha gente haciendo capoeira y dándole a sus tambores para crear una batucada. La gente mira ensimismada.
En dos horas vemos casi todos los stands, y cosa rara, no compramos ni un solo libro.
En nuestro fuero interno, guardamos el dinero para emborracharnos. Yo, en parte, sí.
Llegamos como vinimos, caminando. Hacia nuestro Templo favorito de la felicidad, dónde sirven cañas baratas y solo hay variopintos personajes (nosotros, inclusive).
Hoy no hay fútbol, solo baladas lentas de los ochenta pasadas de época.
Empieza verdaderamente el día. Y somos seis, una parte de un todo cadza uno de nosotros.
Entre risas y conversaciones trascendentales llegamos al apogeo. Un licor café. Y pagamos y nos vamos.
Otros sitios nos esperan. Otros ojos nos vigilan.
La cadera de la camarera de ébano es un tiovivo sicodélico de placer. No mires o estarás perdido.
Y nos vamos, porque cierra. Dando bandazos.
Llegamos al epicentro. A Sol.
Nuestro último y más favorito sitio. El que más tarde cierra. Aunque hoy no.
Antes de las cuatro fuera. Vi a una mujer hermosa de 35 años.
Ya no la volveré a ver.
Así acaba la noche.
Hasta la próxima.
La tarde pasa placentera y bastante calurosa para principios de Junio. Los elementos, los de siempre. El lugar, El Retiro, ir a ver libros y personas famosas y escritores firmando a gente común. Hace calor, compro un Sprite y un bocadillo muy frío de jamón con tomate. Qué combinación de sabores.
Me llaman dos cosas la atención. Encuentro un ejemplar igual que el mío, de Kafka en la orilla. El mismo precio impreso: 24 euros. Hará unos cinco años que lo compré. El precio no ha cambiado un ápice, eso sí, ya lo he leído dos veces. Ahora mismo está en el casa de nuestra camarera favorita del Villa de Arbo. Expandir la mente y regalar conocimiento. Hay pocas maneras mejores de compartir.
La mala es que vemos a Esperanza Aguirre, huele a azufre. Algo habrá segurmanente en el aire.
Me acuerdo de una canción de Seu Jorge mientras miro y observo a mucha gente haciendo capoeira y dándole a sus tambores para crear una batucada. La gente mira ensimismada.
En dos horas vemos casi todos los stands, y cosa rara, no compramos ni un solo libro.
En nuestro fuero interno, guardamos el dinero para emborracharnos. Yo, en parte, sí.
Llegamos como vinimos, caminando. Hacia nuestro Templo favorito de la felicidad, dónde sirven cañas baratas y solo hay variopintos personajes (nosotros, inclusive).
Hoy no hay fútbol, solo baladas lentas de los ochenta pasadas de época.
Empieza verdaderamente el día. Y somos seis, una parte de un todo cadza uno de nosotros.
Entre risas y conversaciones trascendentales llegamos al apogeo. Un licor café. Y pagamos y nos vamos.
Otros sitios nos esperan. Otros ojos nos vigilan.
La cadera de la camarera de ébano es un tiovivo sicodélico de placer. No mires o estarás perdido.
Y nos vamos, porque cierra. Dando bandazos.
Llegamos al epicentro. A Sol.
Nuestro último y más favorito sitio. El que más tarde cierra. Aunque hoy no.
Antes de las cuatro fuera. Vi a una mujer hermosa de 35 años.
Ya no la volveré a ver.
Así acaba la noche.
Hasta la próxima.
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