El olor del ajo haciéndose a fuego lento es algo difícil de olvidar. Se te mete casi hasta el cerebro. Dicen que muchas partes de España huelen a ajo, es muy posible, un olor tierno, fuerte, inolvidable.
Por eso, y es verdad, España es diferente. La mezcla de fenicios, griegos, cartagineses, romanos, celtas, íberos, visigodos, suevos, árabes, vascos, gallegos, hacen una amalagama intersante al mil por mil y reconocible en el mundo entero.
No la jodamos.
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1 comentario:
Un mapa de nacionalidades y mezcolanza.
Una cuna de sabiduría y hermanamiento.
Si viviésemos sin rencores y con plenitud sería fantástica y dejaría de doler...
Un saludo.
Oski.
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