miércoles, 3 de diciembre de 2008

Manifiesto del Yo

Estando en penumbras todo se escucha
mejor, casi puedes tocar las olas,
el viento en su mayor parte entra
en tus huesos; es una sensación
alentadora. Como saber que todo
lo puedes, mientras, la soledad
acecha a tu puerta pero es una
soledad hermosa que te ayuda
a comprender muchas cosas, que
sólo te pide que seas tú.
Que pienses en ti mismo por un
segundo. Y en la gente que en
verdad te necesita: dos segundos.
En tres segundos todo puede
cambiar. La felicidad es una línea
fina e invisible, aunque tu
ya la hayas sentido.
Tienes, y debes, de pasar muchas
cosas, pasar etapas, poco
a poco, sorbo a sorbo, paso a paso.
Le das un sorbo a tu café,
y miras hacia afuera de tí,
unos maravillosos ojos verdes
te cuidan. Cuidan de ti.
Podrías llamarla " tú ángel de
la guardia", para ti la etiqueta
es lo mismo. Sólo tienes
algo seguro: Tu propia
seguridad te embarga.

Ese viento arrollador se
ha convertido en una suave
brisa marina y como el
anterior, también te trae
momentos. Todos de distinta
índole. Pero que te han ayudado
a moldearte.
No pierdas el tiempo, hijo mío: VIVE
No pidas permiso y menos
perdón. Solo permanece fuerte
en cada uno de los momentos
de tu vida. Y no hieras a la gente
que llama por tí.
Ellos serán la piedra dónde
te apoyes cuando el camino
sea tortuoso.
Yo solo te puedo dar claves
Tu debes hacer tu camino
Derecha e izquierda son muchas
veces la misma realidad
Bueno y malo, no distan mucho
entre sí
Acuérdate que una vez fuiste
niño, y la vida era perfecta
Hoy también lo puede ser
Antes de llegar al abismo
se debe cambiar
Tú conoces esa primera luz del
amanecer, que lucha contra la
fría noche
Que sepas que estaré siempre
a tú lado

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