martes, 13 de diciembre de 2011
Séptimo Arte
ALICE
Película del año 1990 dirigida por el gran Woody Allen
Crítica y Sinopsis:
Nuestra protagonista, Alice (Mia Farrow), es una dama de la alta sociedad neoyorquina que en apariencia lo tiene todo: una vida perfecta sazonada con un marido rico y guapo, dos niños preciosos y todo lo que desee al alcance de su mano. Pero eso es en apariencia. Y ya saben que en el cine de Woody Allen nada es lo que parece. Es decir, ella es terriblemente desgraciada, y vive una vida anodina al lado de todo lo anteriormente mencionado.
Es una película hermosa que hace reflexionar sobre todos los temas importantes de la vida: amor, familia, dinero, problemas, pasado y presente. Y quizás con el más importante de ellos: el interior de cada uno. Es un terreno poco explorado, pero hay que ahondar en el, no hay más remedio si en verdad uno quiere estar no solo feliz, sino en paz consigo mismo. Ya saben: la paz del mundo empieza por la paz de cada uno. O algo por el estilo, no lo recuerdo al detalle.
Cada uno de esos temas es tratado en la película con una delicadeza, un humor y una crítica digna de un cirujano, por parte del director que te deja simplemente sobrecogido. Lo primero que piensas es que te puede pasar a tí, no necesitas pasear por la Quinta Avenida para sentirte como uno de los protagonistas de este delicada palícula.
Y lo mejor llega cuando se nos desvela como llega a conocerse tan bien la protagonista: a través de un curandero/brujo chino que le receta toda clase de drogas (el lo llama "hierbas naturales") para que nuestra atormentada protagonista vaya escalando hacia el verdadero yo de su persona.
Un ataque mordaz y duro hacia esos gurús de la sicología y de la psiquiatría que Allen tanto retrata en sus películas, que se jactan de saber todo sobre la difícil esencia del ser humano, pero a la hora de la verdad: nada.
Y este señor chino les enseña más a todos con unas frases que ellos al intentar releer a Sartre.
Me fascinó el papel de Mia Farrow como Alice, una mujer desolada y abrumada por vivir en una bola de cristal perfecta de la que no puede salir. Y su transformación a lo largo de la película. Saber convivir con uno mismo es muy difícil y ella lo logra. Y lo borda.
La banda sonora es de órdago y la fotografía está perfecta hasta el más mínimo detalle.
Y el guión es muy sobresaliente, casi rozando lo excelso, los giros son cada vez más provocadores y más cómicos. Literatura hecha arte.
Siempre se puede aprender algo y más si pasas un buen rato.
Larga vida a Woody Allen y feliz 75 cumpleaños.
Séptimo Arte
NETWORK (Un mundo implacable)
Obra maestra orquestada por el ya desaparecido Sidney Lumet, del año 1976.
Crítica y Sinopsis:
Un veterano y carismático presentador de informativos es despedido cuando su programa pierde un gran número de espectadores. Después de haberle dedicado una parte muy importante de su vida esta noticia es cruel y lo deja hundido. Como despedida del programa y en su última intervención le dejan decir unas palabras para sus fieles oyentes, y en medio de esto suelta ante la cámara que en su última aparición televisiva se va a volar la tapa de los sesos delante del televisor, esta noticia causa un gran revuelo y todos creen que se ha vuelto loco.
Una productora sin ningún escrúpulo idea una nueva modalidad para el programa de nuestro protagonista (el que se vuelve loco), y lo convierte (en parte gracias a él) en una especie de profeta que dice verdades como puños ante la atónita expectación de los norteamericanos que lo miran al detalle. Pero claro, cuando no funcione, a la calle. La ley del espectáculo: todo lo que sube tiene que bajar.
Es una película para estar muy atentos, los diálogos son muy frescos, directos, punzantes, de un nivel muy alto, preciosistas, maravillosos. Se ven nítidas las relaciones entre los protagonistas (Duvall, Dunaway, Finch y Holden están inmensos), y los sentimientos de cada uno están aún mejor delineados si cabe. Un pincel de cerdas finas para pintar un óleo de sensaciones y de emociones impactante.
Como bagaje de la película, podemos hablar de cuatro importantísimos premios a esta lúcida y maravillosa crítica hacia el periodismo. Tres Oscar a sus intérpretes, uno para Faye Dunaway, otro para Peter Finch, otro para un secundario de lujo. Y el colofón: a mejor guión original. Pocas veces se dan galardones tan merecidos.
Otra película clásica pero con un tema muy ocurrente y actual para este mundo en que vivimos: hay que hacer de todo para vender, da igual a quien te lleves por delante o lo rastrero que tengas que ser. Solo vale una cosa por encima de todas: el éxito.
Les contaré algo: cuando un amigo me la propuse me dió mucha pereza, pero la puso igual (siempre me pregunta que quiero ver), pero acertó de pleno. Me enamoré de esta dura pero real montaña rusa de emociones. Larga vida al periodismo.
Séptimo Arte
WHEN WE WERE KINGS (Cuando éramos reyes)
Se trata de un documental del año 1996 muy bien hecho y muy interesante, dirigido por Leon Gast.
Crítica y Sinopsis:
Estamos en el año 1974 en Estados Unidos. La resaca del Watergate y la caída de Richard Nixon aún es palpable en la atmósfera y en la sociedad americana. El activismo negro está en su apogeo, y aunque ya no están ni Malcolm X ni Martin Luther King. Todavía hay un sueño por el que luchar y una figura muy fuerte a favor de los derechos de los negros: Cassius Clay, ya llamado Mohamed Ali.
Un deportista de primer renombre y a favor de los negros, un soporte para ellos y un apoyo constante.
Este documental habla de esa atmósfera. Cuando Alí estaba en primera fila y era el rey de reyes, tanto a nivel deportivo (su grandiosa victoria contra George Foreman en Zaire contra todo pronóstico), y político (activismo negro, conversión al Islam, renuncia a alistarse para ir a Vietnam).
Pero sobre todo narra como es la vida de Alí y sus distintas facetas por medio de una serie de entrevistas muy buenas. Muy detalladas y que en cada una de ellas se nos desvela algo de esa personalidad arrolladora que tenía este grandísimo boxeador. La aparición de personas como Spike Lee o Don King afirman aún más este documental.
Lo más importante del documental es la parte final, la última media hora, donde se llega al final del mismo. Es decir, a la pelea principal: Alí versus Foreman. La veteranía contra la juventud, la clase contra la potencia. La inteligencia contra unos puños de acero.
Y lo mejor es que sale victorioso. Contra todo pronóstico. Incluso el suyo. El decía que iba a ganar, pero por primera y única vez en su vida hasta el pensó que podría perder. Eso lo hace aún más grande.
Para terminar os diré dos cosas muy importantes en el documental. Una banda sonora de muchos quilates (James Brown y B.B.King, entre otros), y el tratamiento que se le da a Africa. Un tratamiento nuevo, de un punto de vista muy lúcido y transparente.
Séptimo Arte
Los Siete Samuráis, película del año 1954, dirigida magistralmente por el "dios de todo esto", del maestro nipón Akira Kurosawa.
Crítica y Sinopsis:
Un grupo de campesinos de un pueblo están cansados de tener que darle el fruto de su esfuerzo a una banda de ladrones, asi que piden consejo al sabio del poblado, que les contesta que con el poco dinero que tienen contraten a samurais. Pero ese dinero no les da para mucho. Es aquí dónde los mensajeros conocen a un samurai, y él después de mucho trabajo, conseguirá que se junten con él otros samurais para esa noble causa, la de defender a los campesinos de sus malhechores. Aquí se reúnen en torno a el otros seis samurais más. Ya están los siete samurais en marcha. Es aquí dónde empieza la historia.
Los diálogos de esta absoluta y minuciosa obra de arte son espectaculares, parece que en cada situación los personajes quieran darnos consejos y advertencias sobre una situación u otra. Además existe humor y tristeza, drama y alegría, caos y piedad. Una maravilla.
Otra cosa reseñable es el gusto por las imágenes de Kurosawa, lo que transmite en cada una de ellas, el paisaje juega un papel muy importante en esta dura y bella película. Por ejemplo, la escena del molino en llamas y Toshiro Mifune con un bebé en brazos, todo eso en medio de la batalla. Una cosa también muy reseñable es el papel de los extras, están perfectos y acompañan muy bien al desarrollo de la trama. Chapeau por ellos.
El guión está perfectamente llevado a cabo hasta el último detalle y en el cabe todo: amor, tristeza, pena, guerra, paz, felicidad.., Toshiro Mifune hece un papelón y logra una interpretación prodigiosa del samurái que no le teme a nadie pero con un corazón gigante. Sus compañeros bordan también sus respectivos roles en esta película.
En fin, estamos ante una maravilla de película: delicada, áspera a momentos, triste, buena, bien filmada, minuciosa, esteticamente perfecta. Así que solo disfrutadla. Nunca el cine de samurais fué tan bueno.
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