Dagas de escorpiones cruzando nuestra sangre en cualquier día de luna llena
Esquirlas de un sueño perdido en el amanecer de cualquier ruido
Penumbras al alcance de una esquina con aullidos multicolor
Surreales amapolas danzando al son de cualquier música olvidada
Hipocresía latente al lado de un televisor desvencijado
Encuentros a cualquier hora después de un beso
Robos de estantes repletos de abejas sin alma
Saber que puedo explotar en cualquier momento
Bebidas que no saben a nada y nublan la mirada
Conversaciones de horas que duran minutos
Caminos separados que confluyen en tus labios
Tacones que repiquetean en mi memoria cada vez que te huelo
Sonidos ambarinos esquivos a mi paladar
Rincones olvidados por un viejo meciéndose al compás
Músicas primarias al alcance solo de niños risueños
Me siento a escribir un día lluvioso
martes, 30 de agosto de 2011
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