Llueve, llueve y los muñecos de barro no encuentran escapatoria
No debe de haber moratoria para quien no perdona a unos ojos amables
Mentiras subiendo por peldaños cada vez más estrechos
Quemaduras que no se concentran en la piel sino en el alma
Hay que volver a ser el niño que una vez se fue
Para poder volver a ser realmente feliz de nuevo
El horizonte solo alcanza a donde tus ojos quieran ver
Te daré un poco de agua de mis cansadas manos
jueves, 25 de octubre de 2012
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