Peldaños de amargura, agua turbia corriendo por gargantas negras de dolor
Ocasos silenciosos y sin ruido aparente me despiertan de sueños pasados, de presentes de niebla
Me ayudan a escapar de un futuro nada halagüeño, de cáscaras de ilusión perdida
De encuentros en circos de gigantes siendo un enano ciego
Los tangos ya no se bailan pegados, los tragos de alcohol ya no saben amargos
Me encuentro con el mismo espejo todos los días, ya ni siquiera me mira a la cara
Desespero sin encontrar una cara amable a mi soledad
Y el oro conseguido con tanto sufrimiento ya no produce manzanas rojas
Solo pequeñas lágrimas cansadas de escaparse por tus mejillas
Tu mano se escapa entre mis dedos cansados, arrugados, torcidos
Como una mueca sin sombras de un rostro sin huellas
lunes, 19 de marzo de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario