viernes, 10 de febrero de 2012
La sal
La sal en las heridas de los hombres no vislumbra un futuro mejor.
Las venas de color azul me ensalzan a continuar para llegar a tu cuello, anclarme a el y subir en camino recto hacia el frenesí de tus labios.
Contemplar el mundo desde arriba, sentirme inmortal, invencible, único...
Besarte cuando se que eres mía. Cuando todo el mundo sabe que eres mía.
Cuando me pertenece tu cuerpo, tus pensamientos se dirigen hacia mí, tu risa me evica a jugar al escondite, y tu alma me entrega la llave de tu vida, tu sangre se entrelaza con mis recuerdos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Wow! Me encanta, no tengo palabras. Te amo.
Publicar un comentario