Los cerdos de la guerra se corren disparando su cañón
mientras los dirigentes aprietan botones en su sillón
comodamente fumando un puro habano
esperan la muerte de seres humanos (del género humano)
Todo por la puta codicia
que no deja ningún resquicio
a que hubiera dicha
y no solo vicio
lunes, 8 de junio de 2009
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