Todos tenemos recuerdos imborrables, un olor a alguien muy cercano que ya no está cuando quisiéramos que estuviese, una comida que cada vez que se huele produce en uno una sensación nueva. Curioso esto de los olores, antes que la vista, el oído o, incluso el tacto, antes de todo eso reconocemos, y nuestra memoria viaja hacia recuerdos muy profundos por medio del sentido del olfato. Impresionante y hermosamente animal.
Los animales se comunican principalmente por medio de su olfato. Con sus crías, con sus posibles compañeros de procreación, con el lugar dónde nacieron. Es algo único y algo que nosotros, los seres humanos, estamos perdiendo a marchas agigantadas en este mundo mal llamado global y peor llamado "de las nuevas tecnologías".
Uno de los mejores y más grandes placeres es leer un buen libro, oler sus hojas, sentir que te van a llevar a mundos que tu has soñado, que has visto en alguna parte o que una preciosa mujer rubia te ha susurrado al oído.
lunes, 21 de noviembre de 2011
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